Por Reynaldo Robles Aroste
El Himno Nacional es canto y música que debe expresar el patriotismo, exaltar la memoria histórica como la esencia de la peruanidad, la esencia del legado histórico, las grandes y heroicas lecciones de los pueblos desde hace 20 mil años, las maravillosas construcciones culturales, las mismas deben ser los ejes de integración hacia el desarrollo armónico en torno a un Proyecto Nacional integrador.
Las culturas y los pueblos que forman la patria peruana tenemos el deber y el derecho de SENTIR, PENSAR Y ACTUAR con autonomía y convicción, para asumir nuestro rol de sujeto histórico, la lucha por el cambio social revolucionario, como pueblos herederos de una gloriosa tradición milenaria, en nombre de nuestros dignos antecesores andinos y amazónicos, héroes y heroínas; en nombre de la lucidez y la inteligencia que aportó para comprender mejor al Perú, cuna de nuestro nacimiento y desarrollo, hoy amenazado por el sistema capitalista agonizante. Sobre la base de la memoria histórica continuar forjando la conciencia de clase de contenido patriótico y antiimperialista.
Es fundamental el conocimiento de nuestra historia por varias razones, ante todo para la formación de la conciencia histórica de cambio social y superar al país dependiente y subdesarrollado, construir el Perú nuevo, asumiendo la razón andina y amazónica, descartando la razón colonial que aun se impone. Los 190 años de república ficticia sólo sirvió para facilitar el saqueo de nuestros recursos naturales, para satisfacer el hambre de los imperios coloniales bajo la dependencia económica, política y cultural. Consecuencia de ello nuestro país sigue siendo primario exportador con grandes problemas nacionales irresueltos.
El capitalismo aquí tiene pies de plomo, cuerpo infestado por todas las epidemias pero goza de la protección de las mafias más poderosas a nivel internacional. El capitalismo salvaje es el sistema político, económico e ideológico que propicia la explotación irracional de los recursos nacionales, matando las fuentes de la vida y la vida humana, condenándonos al subdesarrollo eterno, a la involución, la miseria, la pobreza y la amenaza de extinción del hombre andino, amenaza de destrucción de su tradición cultural milenaria. Por eso es hora de la consolidación de la independencia, la soberanía y la apertura de un Nuevo Curso en nuestra historia.
Los pueblos tenemos derecho a una Patria para Todos, luchar por hacer realidad el gran sueño de una Nueva República, por la construcción del Socialismo indoamericano como creación heroica de los pueblos, sin calco ni copia de lo que se hace en otros confines de nuestro planeta. Sobre lo que tenemos que pensar y hacer, nada tenemos que consultar a la ultraderecha, cavernaria y salvaje, absolutamente nada con los que siguen despreciándonos y matándonos desde hace medio milenio.
Los pueblos del Perú nada tenemos que tratar con la derecha oligárquica que se cree dueña de la verdad, que bajo la sombra del poder imperial ha cometido y sigue cometiendo actos de lesa humanidad y lesa cultura, porque tiene poder económico, sigue cometiendo abusos y opresión sistemática contra la dignidad humana y bajo la amenaza de todas las formas de miedo, terror y psicosociales, para mantenerse en el poder y seguir siendo la clase privilegiada, condición de grupos de parásitos y pillos, los que creen que son los únicos que tienen derechos a gobernar excluyendo a las mayorías, los que creen que son los únicos que tienen derecho al bienestar, protección, afecto, entendimiento, participación, ocio, creación, identidad, libertad, escuela, salud, ciencia y cultura de calidad.
Con qué autoridad moral esta derecha retrógrada de mente obtusa, minúsculo grupo racista, puede vetar a lo que los pueblos del Perú quieran elegir y hacer; con qué autoridad moral esta oligarquía puede garantizar algo nuevo al Perú. Muy por el contrario, este grupo parasitario, corrupto, vendepatria, sanguinario, egoísta, hipócrita y terrorista, en los ciento noventa años nunca tuvo voluntad de construir la democracia, nunca promovió la integración nacional y ciudadanía plena, un país con igualdad de oportunidades; por el contrario, para eternizarse en el poder y tapar su podredumbre fomentó los golpes de Estado bajo la sombra de los imperios coloniales, Inglaterra en el siglo XIX y Estados Unidos en el siglo XX, frustró todo intento de construir la democracia, siempre hizo lo que ha querido a través de dictaduras militares y civiles. Una república peruana criolla e irreal, en la que siempre se impuso la mentira, la trampa, el fraude, el latrocinio, los crímenes, siendo el corolario de todo el periodo republicano, el régimen cleptómano y mitómano del fujimorismo y sus continuadores hasta hoy.
La clave de nuestra real independencia, soberanía, desarrollo armónico, democracia, igualdad de oportunidades, justicia social, libertad y solidaridad, está en que nosotros los pueblos del Perú, debemos pensar con cabeza propia, en función del Proyecto Nacional, la construcción de la sociedad justa, humana y solidaria hacia una Nueva República de todos y de todas, por todos y por todas, para todos y para todas, todo este proceso no será fácil con tamaño enemigo que tenemos, pero es posible y es un deber irrenunciable.
Los enemigos de la democracia siempre a través de sus medios vomitarán cuánta mentira les sea necesaria, especialmente la televisión en el Perú es el verdadero poder político de las clases dominantes, demostrado en estas últimas elecciones tanto municipales y generales, utilizado sólo para demonizar a los candidatos o candidatas que representan tendencias progresistas, renovadoras y democratizadoras, satanizados por no concordar plenamente con su sistema, su ideología y sus privilegios. Clase dominante peruana históricamente incapacitada para presentar alternativas viables para el desarrollo armónico nacional. Por eso la educación ciudadana es fundamental para los pueblos del Perú, formarlos sujetos históricos.
Hoy podemos hacer realidad el inicio del proceso de la consolidación de nuestra real independencia y soberanía nacional, hagamos nuestra propia música y bailemos al ritmo de ella, basta de repetir como papagayos tanta mentira, adjetivos de burla, insultos que vomitan sus medios de propaganda, defendiendo los intereses de clase de la rancia oligarquía, la más reaccionaria de América Latina. Este mismo hecho puede significar como un factor de su ocaso. La posibilidad de abrir el Nuevo Curso en la historia Patria depende de varios factores. Uno de ellos es relacionado con la coherencia del nuevo gobierno con las promesas por las que votaron los diversos sectores sociales que le dieron la victoria. La muestra está clarísima el porcentaje mayoritario de los votos de la victoria son de las regiones, de los pueblos más postergados del país, alcanzando un promedio de setenta por ciento. Al mismo tiempo el nuevo gobierno requiere con urgencia el respaldo de los trabajadores y pueblos conscientes, organizados y movilizados para que la oligarquía no vuelva a frustrar la construcción de la democracia, para que nunca más vuelva levantar la cabeza y seguir arrebatándonos nuestras vidas, nuestras riquezas y nuestro porvenir.
Ha llegado la hora de iniciar el proceso de descolonización de nuestra Patria. Es absurdo esperar la buena voluntad de la derecha oligárquica, voluntad que nunca ha tenido, por el contrario nos amenaza con desaparecernos, es imposible el buen gesto del verdugo, la caridad del hiena, la compasión del falso creyente, la solidaridad del quien nos tiene desprecio racista, el gobierno de la incapacidad demostrada en los 190 años. Basta de pedir peras al olmo. No podemos seguir siendo espectadores del drama nacional, esperando las dádivas. Hagamos esfuerzos por contribuir a la solución de los grandes problemas nacionales, empecemos a hacerlo, conociendo mejor nuestra historia, nuestras posibilidades, educando conciencia patriótica, organizando instituciones políticas y movilizándonos. Cerebro, corazón, manos y pies a la obra. Ya es insoportable la crisis estructural de sistema capitalista neoliberal que se refleja en los datos que reflejan el drama nacional: 1) cada año cientos de niños mueren aparentemente con el frío; 2) dos millones de niños fuera de la escuela; 3) dos millones de niños trabajan; 4) de los setenta mil víctimas de la guerra interna más de 80% fueron comunidades campesinas quechuas; 5) departamentos más ricos en recursos con mayor porcentaje de pobreza; 6) sobre 60 por ciento de pobreza en zonas rurales; 7) a mayor injusticia social mayor violencia e inseguridad; entre otros problemas históricamente arrastrados. La posibilidad de construir una sociedad democrática, con desarrollo armónico y la felicidad para todos y todas, depende de nosotros, hagámoslo realidad, ciertamente es difícil, pero con sacrificio podemos. No nos quedemos con brazos cruzados. Levantemos la reserva moral a través de los símbolos nacionales.
No en vano fueron los sacrificios de nuestros mártires y nuestros pueblos. Por la memoria de los héroes anónimos, las masas populares que resistieron la conquista y destrucción del Tawantinsuyo; decenas de miles de indígenas combatientes de la gran rebelión de José Gabriel Condorcanqui Túpac Amaru II; los heroicos montoneros que dieron victoria a las tropas patriotas en Junín y Ayacucho, los que se batieron en la guerra del Pacífico; los pueblos indígenas que siempre se levantaron contra la opresión de la oligarquía terrateniente; los héroes anónimos y heroínas anónimas; los líderes y hombres preclaros que destacaron por su pensamiento, acción y sacrificio, como Inca Pachacútec, Guamán Poma de Ayala, Juan Santos Atahualpa, Túpac Amaru, Micaela Bastidas, José de San Martín, Simón Bolívar, Mariano Melgar, María Parado, Francisco Bolognesi, Miguel Grau, Manuel González Prada, José Carlos Mariátegui, José Antonio Encinas, César A. Vallejo, Julio C. Tello, José María Arguedas, entre muchos otros que aportaron por la grandeza de la Patria. A ellos debemos nuestras luchas por una Patria para todas y todos. Por ellos renovemos el gran juramento para cumplir la tarea pendiente, la misión de luchar en todos los campos, construir las bases de la NUEVA REPÚBLICA, para caminar hacia este gran objetivo requerimos de espíritu patriótico, mística y predisposición para la lucha.
En este proceso histórico la lucha ideológica y política es fundamental. Si pensamos como reaccionarios nuestro comportamiento será pesimista y conformista. Y si pensamos como progresista nuestras obras contribuirán al cambio social. Se trata de desmontar la ideología dominante en todos los campos, empezando por nuestro HIMNO NACIONAL que se debe corregir las letras para hacer realmente SAGRADAS NOTAS. Un Himno Nacional que resalte las gestas heroicas ocurridas en nuestra historia, dignas de tener como referentes de la dignidad, justicia, libertad, amor, felicidad y solidaridad.
Un Himno Nacional que destaque lo mejor de la historia Patria, sus hombres y mujeres de todos los colores y credos, los paisajes culturales y naturales reflejo de la rica diversidad geográfica y cultural. Un Himno Nacional que anime, motive, encamine, oriente, emocione, avive, impulse, infunda, empuje, energice, arme, pertreche, conduzca, eduque la sensibilidad humana de la solidaridad, la confianza en nuestras propias fuerzas, desarrolle la capacidad de indignación frente a la injustica, a sentirnos orgullosos de ser peruanos, orgullosas de ser peruanas, porque sabemos quiénes fuimos, quiénes somos y hacia dónde caminamos. Un Himno Nacional que sirva para elevarnos hasta la cima, la cumbre del desarrollo humano, que sirva para dignificar la esencia humana del peruano y de la peruana.
No puede seguir siendo Himno Nacional con letras que nos mantenga como dependientes de un pasado de derrotas, que se limitan a lamentarse, sentirse pusilánimes e incapaces de hacer historia para nuestra liberación. Letras que conducen a la depresión, a sentirnos menos que otros, a resentirnos de nuestro país, a sentir repulsa por nuestra identidad, que nos obliga a alienarnos, incluso, al extremo del autodespreciarnos.
No podemos seguir permitiendo el reino de la barbarie y el autoritarismo. Por el contrario, ningún adjetivo peyorativo nos amilanará fácilmente si es que estamos pertrechados por el conocimiento de nuestra historia, por el afecto a la Patria, que es única sin comparación, por el orgullo de ser peruano, por la grandeza de nuestra diversidad geográfica y cultural, un país de infinita fuente de creación de acuerdo a la genial visión de Arguedas. Hacer del Perú una patria desarrollada, grande y próspera depende de nosotros, de la calidad de nuestro pensamiento, de la calidad de nuestras obras, pero ante todo, la lucha por la independencia y soberanía nacional.
“El Himno Nacional debe contribuir en la formación del profundo optimismo en el futuro, alentar para el esfuerzo abnegado de todos los peruanos y peruanas por construir un nuevo Perú, infundiendo patriotismo y peruanidad, ese aroma de riqueza de la diversidad que es nuestra identidad nacional. Pero ante todo, debe expresar la verdad de lo que ocurrió en la Historia Nacional”. Por eso es una necesidad “cambiar las letras que contravienen con la historia nacional para forjar el espíritu de profundo patriotismo y convicción histórica que tanta falta nos hace para luchar por nuestra liberación nacional y desarrollo soberano de nuestra Patria. Esta es una de las tareas prioritarias de este periodo especial para hacer realidad el sueño de José Carlos Mariátegui” (Robles: 2010).
En homenaje a nuestros mártires, celebridades, talentos, por la eliminación de la pobreza y la exclusión, por la reivindicación histórica de los pueblos andinos y amazónicos, por la convivencia armónica entre todas las culturas, aquí una propuesta inicial de corrección de las letras, como una necesidad de reivindicación histórica y dignificación humana de los excluidos, por la INTEGRACIÓN NACIONAL, lo que debe ser el HIMNO NACIONAL DEL PERÚ para avanzar hacia una Nueva República, hacia el Socialismo que es la nueva sociedad donde el centro de toda actividad humana es el ser humano, un sistema social de democracia con ciudadanía plena y consciente. Es la hora de la GRAN UNIDAD, es la hora de abrir el NUEVO CURSO en nuestra historia nacional, es la hora de la victoria definitiva del HOMBRE ANDINO AMAZÓNICO paladín de la justicia.
EL HIMNO NACIONAL DE LA REPÚBLICA DEL PERÚ
Coro
Somos libres, seámoslo siempre
y nadie niegue sus luces el sol,
nunca ausentes del voto solemne
nuestra patria al Eterno elevó.
Estrofa I
Largo tiempo los pueblos luchando
por romper cadenas de opresión;
el gran Túpac Amaru como ejemplo
largo tiempo la voluntad alentó.
Mas apenas el grito sagrado
¡Libertad! En los Andes se oyó,
la indignación del oprimido sacude,
la desafiante cerviz levantó.
Estrofa II
Ya los frutos de luchas populares
van dejando los siglos de horror,
de los libres al grito sagrado
el accionar de montoneros no cesó.
San Martín cumpliendo una misión,
se sumó pronunciando ¡Libertad!,
la continuidad de las luchas por siglos,
grito estentóreo se hace eco a una voz.
Estrofa III
Con su influjo los pueblos despiertan
y cual rayo sereno Bolívar acudió;
desde el istmo a las tierras del fuego
desde el fuego a la helada región.
Todos juramos romper la dependencia
nada mejor ser dueños del destino,
la unidad garantía del nuevo camino,
la esencia del orgullo de la Patria.
Estrofa IV
Lima, hoy cumple su voto solemne,
y, severa, se levanta desafiante,
rechacemos sistemas injustos,
que intentan alargar la opresión.
el esfuerzo colectivo brindamos
y los surcos que en sí reparó,
el cultivo de grandes valores
que heredara de su Inca y Señor.
Estrofa V
Compatriotas, sobre todo la libertad
Por ello perseverantes en combate,
para siempre jurémosla ser libres,
manteniendo su propio esplendor.
Nuestros brazos, listos para obrar
con inteligencia, patriotismo y pasión.
Que hermosas las playas del Pacífico
sentirán de su grandeza el honor.
Estrofa VI
Grande Perú, Costa, Sierra y Selva,
despertemos la sabiduría y amor infinito.
Que la solidaridad internacional crezca
y nuestra patria fecunda sea la primera.
Unidad de los pueblos por la grandeza
sobre los 20 mil años de autonomía.
Primero los derechos de los pueblos,
la armonía y la felicidad nuestro norte
Estrofa VII
En su cima los Andes sostengan
la bandera o pendón bicolor,
que a los siglos anuncie el esfuerzo
que ser libres, los pueblos conquistan.
A su sombra vivamos vigilantes,
y al nacer por sus cumbres elevados,
renovemos el gran juramento
que rendimos a la Patria del Sol.
(Nota: todas las negritas son las modificaciones)
Lima, mes de la peruanidad, 2011.
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