Profesor: Reynaldo Robles Aroste.
Es una interrogante que formula la destacada filósofa cubana Martha Martínez. La misma tiene gran actualidad y trascendencia en la época de la intensa globalización de la cultura que se vive en los inicios del siglo XXI. Frente a la globalización capitalista con todos sus vicios y taras, arrolladora y claramente con objetivos de arrasar las culturas locales, principales culturas milenarias, se levanta en el mundo la lucha por defender la identidad local, no para encerrarse en el aislamiento sino para construir nueva sociedad con todo lo valioso que hasta hoy ha conquistado la humanidad pero sin perder las propias raíces.
He aquí el reto de los pueblos originarios fundamentalmente, en condiciones totalmente adversas, sin embargo con una enorme fortaleza porque tienen vigentes sus valores históricos con una potencialidad como para dialogar en iguales condiciones con otras culturas, cualquiera fuera su condición. En el mundo, en América, especialmente en el Perú, se cuenta con ideas estratégicas, programa político, filosofía y ciencia, desarrolladas a través del tiempo por inminentes pensadores entre ellos José Carlos Mariátegui, César Abraham Vallejo, José María Arguedas y muchos otros. Ninguno de ellos escatimó en definirse en la posición progresista, rebelde y socialista, porque es la única manera de oponer resistencia y alternativa al capitalismo salvaje.
La mejor forma de ser ciudadana y ciudadano actual sin perder las raíces es viviendo, pensando y actuando como peruano y peruana, siempre llevando en el corazón y en el cerebro lo mejor de la creación cultural del hombre andino amazónico de todos los tiempos en todos los campos, como la música y el canto: huayno, carnaval, huaylas, marinera, cóndor pasa; gastronomía: los nutritivos platos típicos de cada región sin parangón en el mundo; economía: alta tecnología hidráulica, control biológico, cuidado del medio ambiente; política: el gobierno y ejercicio del poder basado en la comunidad y participación directa, pleno ejercicio de la ciudadanía; tradiciones y costumbres: Intiraimi, huaylía, danza de tijera, warachicuy, fiestas religiosas, carnavales; arte y artesanía: retablo ayacuchano, cerámica de Chulucanas, trabajo de totora de los uros; el mate burilado de los huancas; etc, etc. Y en el campo de turismo: Caral, Huari, Incas y muchos lugares arqueológicos y hermosos paisajes para la práctica de ecoturismo. Mejorar las condiciones de acceso y disfrute para todos. Pero también para su preservación. A esta finalidad debe servir la ciencia y la tecnología.
Peruanizar al Perú es un proceso que implica actualizar, recrear y poner el legado andino y amazónico en fusión con otras manifestaciones culturales que también forman parte de la peruanidad. Peruanizar al Perú es “abandonar todo rezago colonial” y optar el camino de la emancipación y dignificación de los oprimidos. La peruanidad está en la cultura más que en la política, en el arte, en la música, en el canto, en el folclore, en la gastronomía, en la moral y en la cosmovisión andina y amazónica. Peruanizar al Perú implica en última instancia asimilar todo elemento cultural en función del destino histórico de la patria, en función de los grandes objetivos nacionales y en función de la formación de la ciudadanía, la formación del sujeto histórico protagonista de la Nueva República, en el desarrollo del Proyecto Nacional. En este proceso juega papel de primer orden el conocimiento de la historia nacional en primer lugar.
La tarea histórica de peruanizar al Perú tiene que ser asumida como una obligación para resolver los grandes problemas nacionales que a través de los siglos no han sido resueltos. El movimiento social y cultural tiene que ser asumida por las instituciones principalmente aquellas que tienen la misión de brindar educación. Una educación básica universal, gratuita y de calidad para todos. Una universidad comprometida en la organización de la cultura nacional expresada en una filosofía peruana, una ciencia y una tecnología para el desarrollo nacional. Por eso la pregunta histórica siguiente es oportuna. “¿Cuál es la institución en el país que debe estar atenta a las vibraciones del mundo en los distintos aspectos de la marcha de la filosofía, de la ciencia y de las técnicas y de las expresiones humanas que cambian como secuencias distintas, según las épocas? No puede ser otra que la Universidad” (Romero: 1959: 152).
Los elementos esenciales de la nacionalidad son los ciudadanos. Ciudadano es el hombre libre. La reivindicación ciudadana de las poblaciones andinas y amazónicas es un proceso histórico que aún está en medio camino. El mayor problema de la nacionalidad es el problema que afecta a las dos terceras partes de la población peruana. “El Virreinato aparece menos culpable que la República. El Virreinato le corresponde, originalmente, toda la responsabilidad de la miseria y la depresión de los indios” (Mariátegui: T.11: 30).
Porque “mientras el Virreinato era un régimen medioeval y extranjero, la República es formalmente un régimen peruano y liberal. Tiene, por consiguiente, la República deberes que no tenía el virreinato. A la República le tocaba elevar la condición del indio. Y contrariando este deber, la República ha pauperizado al indio, ha agravado su depresión y ha exasperado su miseria. La República ha significado para los indios la ascensión de una nueva clase dominante que se ha apropiado sistemáticamente de sus tierras”.
“La feudalidad criolla se ha comportado, a este respecto, más ávida y más duramente que la feudalidad española”( Mariátegui: T.11: 31).
Dos cuestiones fundamentales que enfatiza González Prada. La primera que supera la visión criolla unilateral de intentar resolver los problemas sociales en forma aislada de los otros factores de vida social. “La cuestión del indio, más que pedagógica, es económica, es social” (González Prada: 1904: 90). Y la segunda, ninguna fuerza extraña, menos de las clases dominantes, será garantía para la redención de los oprimidos, sino el mismo “indio se redimirá merced a su esfuerzo propio, no por la humanización de sus opresores”. (González: 1904: 91).
Es el ciudadano culto, emancipado y es la ciudadana culta, emancipada, que reconoce sus raíces como ejes fundamentales de su desarrollo económico, social y cultural, al mismo tiempo que incorpora aquellos elementos culturales de otras culturas, como la ciencia y la tecnología, para seguir forjando una república emancipada y próspera. A este objetivo apuntan la inteligencia superior de la historia nacional, tergiversada por fanáticos de defienden modelos arcaicos dentro de capitalismo decrépito como el neoliberalismo. Es el deber obligatorio continuar la lucha por la emancipación en honor a Manco Inca, Guamán Poma, Juan Santos Atahuallpa, Tupac Amaru, González Prada, José Carlos Mariátegui, César Vallejo, José María Arguedas y muchos otros.
San Juan de Lurigancho, enero del 2011.
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