martes, 7 de febrero de 2012

EDUCAR LA CREATIVIDAD EN EL AULA DESDE LA IDENTIDAD CULTURAL Por Reynaldo Robles Aroste

La identidad cultural peruana es la diversidad cultural. En el Perú coexisten decenas de culturas con sus propias características singulares, al mismo tiempo con elementos comunes entre todas y de la convivencia entre ellas, condicionada por el contexto cambiante, se van consolidando y perfilando hacia una nueva cultura peruana. La fusión de los elementos culturales urbanos-occidentales y andino-amazónicos determina el cambio de la configuración social en su conjunto. En este contexto complejo educar la creatividad de las nuevas generaciones es fundamental, para que ellas asuman el reto de construir el nuevo Perú en condiciones superiores a las de hoy. Para ello es necesario comprender los conceptos claves como la educación, identidad cultural, creatividad y la metodología creativa, para alcanzar a ser productores de ideas y contribuir en la solución de los problemas. I. Educación.- El mundo contemporáneo se caracteriza por el acelerado desarrollo de la ciencia y la tecnología beneficiando exclusivamente a los privilegiados del sistema capitalista, ellos son las clases dominantes de los países industrializados y las élites de los países dependientes política y económicamente de las metrópolis imperialistas dejando excluidas a las grandes masas humanas. En pleno siglo XXI, una salida irrenunciable para los países pobres es construir una economía independiente al servicio del desarrollo humano, un modelo de desarrollo nacional soberano, un sistema político basado en democracia participativa, el camino viable para la solución de los grandes problemas, creando las condiciones para una educación pública de calidad para todos. Requerimos de ciudadanos cultos para construir un nuevo Perú. Las "Grandes naciones son aquellas cuyos ciudadanos tienen el hábito de la iniciativa libre; ellos crean para los demás vida y cultura y riqueza, en vez de envilecerse en el parasitismo social" (José Ingenieros: 1993). La educación es la formación integral de la persona humana. En el Perú bajo el sistema neocolonial y neoliberal las condiciones para la educación como formación integral y de calidad, con igualdad de oportunidades para todos, son imposibles, por la existencia de grandes desigualdades sociales, por lo que el gran reto de los peruanos hoy es luchar por la independencia y la construcción de la democracia, donde el nuevo marco jurídico contemple que "una de las tareas para formar profesionales en condiciones suficientes como para que puedan desarrollarse integralmente, es fundamentalmente hacer que nuestros futuros egresados abandonen su clásica actividad de buscadores de trabajo y asuman la de creadores de trabajo" (Del Bono, T.: 1996). La educación aparece en la historia de la mano con la cultura cuando el hombre se hace Homo habilis producto de sus esfuerzos de largos periodos de sobrevivencia en condiciones de mamíferos comunes. La cultura como forma de fijación de las construcciones y adquisiciones de la humanidad en su desarrollo histórico social debe su aparición a que el trabajo, que es la actividad social, tiene un carácter productivo y creador. La educación constituye un proceso social complejo e histórico concreto en el que tiene lugar la transmisión y apropiación de la herencia cultural acumulada por los pueblos a través del tiempo. En este proceso es fundamental la materialización de la concepción científica del mundo del educando, sobre la base del sistema de conocimientos de los fenómenos de la naturaleza, de la sociedad y del pensamiento. La escuela es el escenario para desarrollar aprendizajes pertinentes, donde el alumno se apropia de forma sistemática, coherente y secuencial de las herramientas cognitivas y axiológicas de acuerdo al contexto histórico cultural y su desarrollo psico-biológico, para el desarrollo de su yo y modificación de su conducta, con miras a transformarse en un ser reflexivo, critico y participativo. Todo ser humano está en condiciones de asimilar, tiene la capacidad de adquirir los conocimientos, las actitudes, “…si todos somos capaces de aprender, la desigualdad de logros en el aprendizaje es creada por la desigualdad económica, la desigualdad de clases, la repartición desigual de las riquezas humanas encarnadas en la cultura” (Colectivo de autores Iplac: 2004). El proceso de enseñanza y aprendizaje logra modificar la materia prima humana, convertir en un ser pensante, critico, reflexivo, participativo, propositivo, solidario, comprometido con la construcción de la democracia, entusiasta, perseverante, pero sobre todo, encaminar al discípulo/a la discípula al cultivo de la cultura, del arte y de la ciencia a través de la imaginación creativa, orientando para que sea protagonista activo / activa de la historia. En el panorama actual de la marcha de la humanidad "cada día más automatizada, compleja, interdependiente, profunda y científica; por lo cual, la educación tiene que ser más social, motivante, afectiva, que refleje los intereses y necesidades de los productores, siendo el hombre más productor, mientras más realizado se sienta con su obra, mientras más se vea reflejado en lo que realiza, ejecute, concibe y crea" (Álvarez de Zayas, C. M, 1992). A modo de síntesis se sostiene que la educación es el instrumento más pertinente y de mayor alcance para el desarrollo de la sociedad justa, debido a que la educación nos humaniza y nos permite el progreso como sociedad en los más vastos aspectos que abarcan la vida humana. Una educación liberadora libera al hombre de los prejuicios determinados por la razón colonial, la dependencia y la sumisión al poder imperial que son las causas del subdesarrollo y la pobreza. Para cumplir esta misión el magisterio tiene la obligación de estar preparado, tener conocimiento de su realidad económica, política, social y cultural. Así podrá estar en condiciones de desarrollar una labor pertinente, educando la creatividad de los niños y jóvenes desde su identidad cultural. II. Identidad cultural.- La identidad de una persona, cultura o institución es determinada por los elementos singulares, únicos que marcan la diferencia respecto a otras personas, a otras culturas. Naturalmente lo singular en una persona refleja lo singular de la cultura de la que forma parte, sin embargo los rasgos distintivos de una cultura lo hace lo colectivo, el pueblo y sus instituciones. Es muy importante tener en cuenta el carácter cambiante de las expresiones concretas de la identidad cultural: lenguaje, instituciones sociales, idiosincrasia, cultura popular, relaciones familiares, arte y literatura, etc., en función del desarrollo socioeconómico debido a factores internos y por influencia de factores externos. Asimismo, en función de un conjunto de variables independientes, entre las cuales resultan sumamente interesantes: el tiempo o momento histórico, espacio geográfico, estructura socioeconómica, etnicidad, migraciones, género y generaciones humanas. La Identidad cultural comprende el conjunto de los valores histórico culturales creados y perfeccionados por los pueblos a través de miles de años, resolviendo los distintos retos en cada época histórica y reflejando constante capacidad creativa. Los componentes de los valores histórico-culturales vigentes en los diferentes aspectos son: las formas de organización social, económica, política y cultural, el folclore, los recursos turísticos, los productos originarios, las lenguas nativas, la artesanía y la literatura popular de cada región del mundo andino con más semejanzas que diferencias. El contenido de la identidad cultural está constituido por los valores históricos culturales, expresión de los rasgos singulares y elevados de la creatividad de cada pueblo, históricamente construidos en el mundo andino, los mismos que deben servir como factores estimulantes para alcanzar aprendizajes significativos y creativos en el aula en las diferentes áreas, especialmente en las ciencias sociales. Los valores histórico culturales que comprende desde la enorme variedad de folclore, la sabiduría popular de los mitos, las leyendas, los cuentos, las adivinanzas; los invalorables aportes en la abundancia de los productos originarios, la riquísima dieta alimentaria; la diversidad de lenguas; las artes en cerámica y textilería; las ciencias como la medicina, la ecología, la ingeniería hidráulica y genética. Son algunos ejemplos del legado incomparable de la civilización andina que son las raíces y el tronco de nuestra identidad cultural. Cuando cada cultura pugna por la vigencia de su identidad bajo los preceptos de tolerancia e interculturalidad será posible entonces construir un proyecto nacional, un ideal colectivo inamovible en su esencia y flexible en sus relaciones con otros ideales. “El problema está en la capacidad de reconocer lo propio y aceptarlo y no pretender ser distinto de lo que es” (Zea, L.: 1990: 16). Si la esencia del desarrollo de un pueblo es su identidad cultural, base de su conciencia histórica y patriótica, sirve entonces de fundamento de la soberanía y autodeterminación, la independencia y desarrollo autónomo, la capacidad para coexistir en relaciones horizontales con otros pueblos. Quienes hacen realidad estos grandes objetivos son los pueblos, sus ciudadanos, su juventud con una mentalidad crítica, alternativa y liberadora. Las ideas progresistas fundadas en el cambio social y en lo mejor de nuestra tradición cultural es la garantía de la independencia nacional. En medio de la globalización capitalista, la bobalización a través de su poder mediático, es posible identificar grandes retos y construir alternativas viables para resolver de manera colectiva, organizada y consciente los problemas que afectan a todos, de manera extremadamente destructiva a las grandes mayorías. Los niños y los jóvenes obligados a padecer lo inimaginable, lo dramático que es vivir en medio de grandes injusticias y desigualdades sociales, el hambre y la desnutrición que afecta a su desarrollo biológico, psicológico y social. En particular, la concepción histórico – cultural de L. S. Vigotsky y seguidores, quienes abordaron la psiquis humana y la personalidad-, es de gran significación para explicar el proceso de la educación en que tiene lugar la elaboración de imágenes y conceptos que abarcan el sentido de pertenencia y de mismidad, de la historia y la memoria” (Fierro, B. 2006). En la era de la sociedad del conocimiento la mejor forma de ejercer ciudadanía es siendo una persona culta, tolerante, flexible y creativa. La persona culta es desde ya un sujeto libre y capaz de defender su libertad y la libertad de su pueblo hasta con sacrifico, porque tiene convicción forjada sobre sólidas bases del dominio de la ciencia, la técnica y los valores. Nadie puede convencerse de aquello que no conoce, por eso el conocimiento es fundamental pero imbricado al afecto, a los más altos valores humanos; relacionado con la actitud siempre solidaria, asertiva frente a otras personas y colectividades, culturas y organizaciones, y creencias e instituciones. El conocimiento de la historia local, regional en el marco de la historia universal es fundamental. La memoria histórica hace a la persona capaz de aprender grandes lecciones, ubicarse en el momento histórico, comprender la situación de la sociedad actual y contribuir en la construcción del proyecto histórico nacional y las posibilidades del desarrollo local. El Amauta con su peculiar autoridad intelectual reflexiona: “No queremos, ciertamente, que el socialismo sea en América calco y copia. Debe ser creación heroica. Tenemos que dar vida, con nuestra propia realidad, en nuestro propio lenguaje, al socialismo indoamericano. He aquí una misión digna de una generación nueva” (Mariátegui: 1986). Los que queremos un Perú distinto, democrático, desarrollado y próspero, tenemos la obligación de pugnar por “el establecimiento de una verdadera política de integración nacional, integración que solamente podrá darse a través de un nuevo ordenamiento, audaz y creador, que tenga en cuenta las características de las sociedades del área andina” (Matos Mar: 1974). Y el proyecto se precisa con las palabras de José Martí, el tronco de las nuevas repúblicas ha de ser nuestras raíces. La maravillosa creación de elementos culturales del hombre andino, logros sin igual en la historia, que causan admiración y uno de los referentes básicos para el mundo occidental en el proceso de las grandes revoluciones industriales y sociales, almacén de claves para resolver los grandes problemas que hoy aquejan a la humanidad. El hombre andino con “su espíritu comunitario y organizativo le permitió vencer las desventajas y las circunstancias adversas. Este espíritu, este recogimiento sobre sí mismo, dio como fruto una fuerza creadora e innovadora que le permitió encontrar la solución a sus angustiosos problemas” (Rostorowski: 2002). La esencia de la dedicación, la disciplina y la práctica social en el periodo del Tawantinsuyo se consolidó a través del famoso código moral consistente en los siguientes valores imprescindibles para la sociedad inca: ama sua, ama qilla, ama llulla, ama awqa, de estricto cumplimiento y eficacia incomparable, lógicamente fue una expresión de un determinado sistema económico social y de una concepción panteísta del mundo. Todo ello nunca hubiera sido posible si el hombre andino no hubiera asumido un comportamiento tenaz, arriesgado, perseverante y a toda prueba puesta la creatividad. III. Creatividad.- Históricamente el hombre ha dado respuestas geniales y originales a los problemas de la vida gracias a su capacidad creadora. La creatividad es la característica de la historia de la cultura humana. La actividad creadora está presente en la cultura; cuando ésta avanza, se favorecen los niveles de creatividad. La cultura, como labor creativa, incluye los resultados objetivados de la actividad creadora y las fuerzas y capacidades subjetivas del hombre”. (Martínez Ll.:sf.) Cuando se logra establecer las relaciones significativas hay mayor posibilidad de que el aprendizaje de la historia, la identidad y de otros campos sea más duradero, recuperable, generalizable y transferible en nuevas situaciones. Por lo que la educación puede ser agente fundamental que influye en las transformaciones de la sociedad humana. Es evidente que cuando el maestro o profesor trabaja creadoramente logra ventajas tales como: 1. enseñar a pensar a sus alumnos de un modo lógico, dialéctico y creador; 2. hacer el material de estudio más demostrativo, contribuyendo de este modo a convertir los conocimientos en convicciones. 3. provocar de una forma más emocional profundos sentimientos intelectuales, incluyendo el sentimiento de satisfacción, el sentimiento de seguridad en sus posibilidades y fuerzas; por eso esta enseñanza atrae a los escolares y forma en los alumnos un serio interés por el conocimiento científico. La actividad pedagógica es creadora por esencia, porque encierra, a través de sus componentes, la manera, cómo el proceso docente educativo forma la personalidad del estudiante de acuerdo con los objetivos esenciales. Cada momento del proceso es un acto de creación de mayor o menor nivel, porque las condiciones son diferentes en cuanto a alumnos, lugar, momento y otros factores que inciden en el trabajo docente. La escuela debe canalizar el pensamiento del alumno y ejercitarlo, ya que todo freno en la aptitud y actitud cognoscitiva es un freno a la creatividad y el fomento de esas condiciones es responsabilidad del maestro el cual debe asumir la autoridad en todos los sentidos. La institución escolar, constituye precisamente uno de los sistemas interactivos que más peso tiene en el desarrollo de la personalidad, de ahí las posibilidades que brinda para favorecer, a partir de un buen diseño curricular las potencialidades creadoras del individuo. Donde el maestro tiene que tener amplio dominio de la cultura general, conocimiento profundo de su especialidad y una metodología adecuada. Es fundamental el papel del maestro creador para que pueda preparar las condiciones apropiadas para ejercitar el pensamiento lateral de los estudiantes a través del desarrollo de talleres o técnicas. “Sin maestro creador es difícil propiciar el camino creador de los alumnos que tengan amplia cultura, profundos razonamientos, rica imaginación, motivaciones positivas, sólidos intereses y conciencia de las necesidades sociales, atención concentrada y aguda, curiosidad insaciable, independencia y autoorganización”. (Martínez Llantada: s.f.) La cultura general, la información, el conocimiento son palancas para alcanzar el pensamiento creador. “...la cultura da al hombre la capacidad de reflexionar sobre sí mismo. Es ella la que hace de nosotros seres específicamente humanos, racionales, críticos y éticamente comprometidos. A través de ella discernimos los valores y efectuamos opciones. A través de ella el hombre se expresa, toma conciencia de sí mismo, se reconoce como un proyecto inacabado, pone en cuestión sus propias realizaciones, busca incansablemente nuevas significaciones, y crea obras que lo trascienden” (UNESCO, 1982: Declaración de México). El hombre a través de la historia conoce y recrea todas las creaciones culturales acumuladas desde hace milenios, lo cual le sirve a su vez, para continuar creando nuevos elementos en nuevos contextos culturales de acuerdo a las nuevas demandas sociales. En este proceso el papel del maestro en la escuela es fundamental y decisivo, tiene la función de crear las condiciones, implementar las vías para desarrollar en los/las discentes los indicadores de la creatividad, dotándole de los instrumentos básicos para aprender a conocer, pensar, recrear los valores histórico culturales, y crear los mecanismos para la preservación y difusión de la cultura liberadora en medio de la globalización. Creatividad es el potencial humano integrado por componentes cognoscitivos, afectivos, intelectuales y volitivos, que a través de una atmósfera creativa se pone de manifiesto para generar productos novedosos y de gran valor social y comunicarlos, transcendiendo en determinados momentos el contexto histórico social en el que se vive. Este concepto integracionista plantea una interrelación dialéctica de las dimensiones básicas con que frecuentemente se ha definido la creatividad de manera unilateral: persona, proceso, producto y medio (Betancourt M.: 2000). Se llama "creatividad a aquel proceso o facultad que permite hallar relaciones y soluciones novedosas partiendo de informaciones ya conocidas. Abarca no solo la posibilidad de solucionar un problema ya conocido, sino también implica la posibilidad de descubrir un problema allí donde el resto de las personas no lo ven”. (Chibás O., F.: 1993). De esta fuente se selecciona algunas funciones de la creatividad: a) contribuye a solucionar problemas, conflictos, y encrucijadas personales; b) es un medio y vía de innovación tecnológica, productiva y empresarial; c) es una vía para incentivar la promoción y la animación sociocultural de grupos sociales y comunidades; d) contribuye al aumento de la calidad de la educación por las vías formales e informales; e) sirve como vía para la construcción de cultura organizacional con normas, valores y creencias que apunten hacia la creatividad, dentro de las instituciones; f) proporciona estrategias novedosas y útiles para el cambio organizado y orientado de la sociedad; g) contribuye a la preservación de la identidad comunitaria, regional, nacional y continental, así como encaminarla y construirla por nuevos derroteros, entre otras funciones. IV. Educación de la creatividad.- Betancourt Morejón sostiene que: “Educar en la creatividad debe orientarse al desarrollo personal y mejora profesional de la práctica educativa de todos los implicados en el proceso de enseñanza-aprendizaje, dentro de un contexto histórico social dirigido a la integración educativa, partiendo del criterio de que la creatividad nos permite tener una actitud flexible y transformadora que propone romper las murallas o barreras para edificar la nueva escuela del futuro, cuyos principales apellidos sean: integrada, solidaria, respetuosa, reflexiva, divergente, desarrolladora, abierta y consistente con las necesidades de todos los alumnos”. (Betancourt M.:s.f.) Educar en la creatividad es educar para el cambio y formar personas ricas en originalidad, flexibilidad, visión futura, iniciativa, confianza; personas amantes de los riesgos y listas para afrontar los obstáculos y problemas que se les van presentado en su vida escolar y cotidiana. Además, educar en la creatividad es ofrecer herramientas para la innovación (Betancourt M.: 2000). Se afirma, sin temor a equívocos, que “una educación creativa es una educación para el desarrollo y la auto-realización”. La situación de la vida en la Tierra, especialmente del ser humano afectada por la pobreza, es centro de la preocupación de los científicos sociales, de las instituciones relacionadas con el cuidado de la vida y el medio ambiente, de los Estados democráticos y la preocupación de los sistemas educativos fundamentalmente, porque se trata de prepararse y preparar a las nuevas generaciones para enfrentar y dar soluciones tácticas y estratégicas a los problemas desde la escuela, la familia y la comunidad. Abundan paradigmas que deben servir de referentes. Las personalidades destacan en la historia por sus aportes excepcionales en un determinado campo de la cultura. Todos los pueblos tienen sus personajes históricos famosos. En la historia peruana, aparte de la maravillosa construcción de la cultura andina, motivo a tratar más adelante como esencia de la identidad cultural, los siglos XIX y XX se caracterizan especialmente en el campo de la literatura, la política, la filosofía, la matemática, la medicina, la tecnología, el arte, la música entre otros a través de los talentos que esperan su reconocimiento y revaloración como paradigmas de estudio, tenacidad y creatividad, su presencia en el aula. Daniel Alcides Carrión, 13 de agosto de 1859, arriesgó su vida por hacer aportes conscientemente a la medicina y salvar vidas, su interrogante afirmativo de coraje: ¿no es cierto también que la ciencia, sobre todo la medicina debe en gran parte a su adelanto a experimentos arriesgados?, consecuentemente lo asumió Manuel Gonzalez Prada, 5 de enero de 1844, definido por el crítico español Federico de Onis como "el fundador de la ideología moderna de América"; y reconocido como el precursor de la corriente estética genuinamente latinoamericana: el modernismo. Fue quien convocaba a la lucha por el cambio social. Exhortaba siempre a la acción, a la revolución dirigiendo su llamado especialmente a la juventud y a los trabajadores. “Los viejos a la tumba, los jóvenes a la obra” será el lema de la nueva jornada. Para los maestros, igualmente, tiene un llamado hacia su misión liberadora: “A vosotros maestros de escuela, toca galvanizar una raza que se adormece bajo la tiranía del juez de paz, del gobernador y del cura, esa trinidad embrutecedora del indio” (Rodríguez Ch., Ivan: www.geocities.com). Federico Villarreal Villarreal, 31 de julio de 1850, la edad de 23 años, descubrió el método para elevar un polinomio a una potencia cualquiera. Este gran descubrimiento, fue llamado "Polinomio Villareal", y resulta más fácil y rápido que el método del binomio de Newton, además de otros aportes matemáticos Francisco Fierro Palas, nació en Lima en 1807. Personaje de carácter intuitivo y gran sensibilidad, desarrolló muy pronto una asombrosa habilidad para el dibujo y la pintura. Sus primeros trabajos realizados en papel representan a personas y objetos. Sus trabajos retratan de la manera más fiel posible la vida, costumbres, tradiciones y creencias populares. Daniel Alomía Robles, 3 de enero de 1871, fue un genuino talento creador, no sólo legó una estupenda colección de melodías nativas sino que logró, como compositor, una propuesta sencilla, pura y espontánea en el manejo de los materiales sonoros andinos, propuesta visionariamente ligada al quehacer del compositor peruano del mundo contemporáneo. José Carlos Mariátegui La Chira, 14 de junio 1894. Periodista, literato, político, pensador y ensayista peruano. Es considerado como uno de los grandes teóricos del marxismo en América Latina. Su obra más conocida, 7 ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana, se convirtió en una obra de consulta obligada para los socialistas latinoamericanos. César Abraham Vallejo Mendoza, 16 de marzo de 1892, poeta peruano considerado entre los más grandes innovadores de la poesía del siglo XX (fue, en opinión del crítico Thomas Merton. "El más grande poeta universal después de Dante". Entre otros personajes históricos peruanos que aportaron de manera significativa y original al progreso cada uno en un campo específico de la cultura. De lo que se trata es cómo las experiencias de estos paradigmas, por ejemplo, se pueden emplear en la educación de la creatividad de los jóvenes de secundaria. Lo que les ha caracterizado a todos en conjunto es su alto nivel cultural, la dedicación a un determinado campo, el coraje, la tenacidad, la motivación y naturalmente la inteligencia. La creatividad está presente en toda actividad sociocultural, forma parte de la historia de un pueblo, con su distintivo en cada región, en todas las manifestaciones culturales, entendiendo por cultura toda creación humana. El folclor, la gastronomía, la lengua nativa, la indumentaria, la literatura autóctona, los productos originarios forman parte de la identidad cultural de cada pueblo que se debe fortalecer estas creaciones culturales de manera creativa, para que perdure en el proceso de la globalización de las culturas, que la identidad del pueblo sea el espíritu para relacionarnos con otras culturas de manera soberana y con personalidad propia. Si la creatividad forma parte de la cultura social, es expresión histórica con menor o mayor fuerza en cada etapa de la historia, por qué no está presente en la escuela como cultura escolar en el currículo. La escuela histórico cultural considera que “la creatividad es un problema social indisolublemente ligado al desarrollo humano, por lo que no se puede analizar al margen del desarrollo del propio hombre, ni de las condiciones de vida y educación en que este se desarrolla”. (Barba T., M. N. y otros: 2004: www.monografias.com). Para alcanzar el objetivo que se plantea de la educación de la creatividad desde la identidad cultural es imprescindible conocer, comprender y aplicar los conceptos de identidad cultural y creatividad, no en forma aislada, sino, ambos conceptos interactuando en el proceso de la formación de la niñez y de la juventud. V. Identidad cultural y la creatividad.- La potencialidad de la identidad cultural para el desarrollo de la creatividad es inconmensurable. El profesor como mediador social por excelencia tiene que contextualizar su actividad pedagógica profesional, de acuerdo al medio histórico-cultural para la formación de la personalidad del educando con sentido de pertenencia, sentimiento patriótico y compromiso social, orientados a la formación de su conciencia social que contribuya a la lucha por la independencia y soberanía nacional que son los ejes para el desarrollo autónomo del país. La educación de la creatividad a través de la identidad cultural tiene una importancia estratégica para mantener vigente los valores históricos, más aun enriqueciendo con los aportes de lo mejor de la cultura universal de todos los tiempos, sobre la base del conocimiento de la historia regional, nacional y mundial. La importancia estratégica se refiere precisamente a la vigencia de la identidad cultural de un pueblo por todo el futuro lejano, como esencia, columna, alma del desarrollo económico, político, social y científico tecnológico. La educación de la creatividad desde la identidad cultural contribuye al mismo tiempo a la consolidación de ésta última. “Las prerrogativas pedagógicas refrendan el ideal de la integralidad y contextualización de los currículum, la problemática de la identidad cultural emerge como recurso formativo de incuestionable valía para la elevación de la pertinencia y factibilidad de los proyectos educativos. En virtud de la trascendencia de este axioma se hace imprescindible el estudio de este fenómeno en su pluralidad concepcional, de modo tal que contribuya a su tratamiento coherente y a su adecuada prospección en el contexto educativo” (Laurencio Leyva, A: sf.). La pedagogía tradicional sigue siendo la característica de la educación peruana, la metodología de siglo XIX continúa vigente en la escuela, con los maestros del siglo XX para los alumnos del siglo XXI, increíblemente cierto. Los objetivos siguen siendo la cantidad de los conocimientos y la información que los alumnos deben acumular y reproducir a través de los exámenes. El mejor alumno es aquel que mejor reproduce la información ya sea con el examen escrito o en forma oral. La educación de la imaginación y del pensamiento divergente, de las capacidades, las habilidades, las destrezas continúa esperando y los cuales no se evalúan con pruebas tradicionales solamente, sino de manera permanente, en la práctica social y las diversas relaciones humanas. En un contexto internacional caracterizado por la revolución de la ciencia y la tecnología, fundamentalmente la NTIC, la educación tiene que ser una acción liberadora, ya no debe darse en un sentido impositivo sino que debe explorar y posibilitar el desarrollo de cada niño, partiendo de sus propias experiencias y posibilidades, sin ignorar el medio sociocultural al que pertenece que es determinante para su formación. Por tanto la educación tiene que ser pertinente a las necesidades de ese contexto socio histórico cultural. “El hombre se realiza en y por su creación; sus facultades creadoras se encuentran en un mismo tiempo entre las más susceptibles de ser cultivadas, las más capaces de desarrollo y de adelanto y las más vulnerables, las más susceptibles de retraso y estancamiento” (UNESCO, 1972, cit, por Martínez Ll. M: 2004: 74). Se plantea entonces la contradicción entre las abundantes experiencias históricas de la creatividad que forman parte de la identidad cultural peruana por un lado y por otro lado, la educación de la creatividad de los estudiantes de secundaria, los mecanismos cómo relacionar y hacer que el primero sirva al desarrollo del segundo. VI. Metodología creativa en el aula.- La estrategia educativa es la proyección de un sistema de acciones interrelacionadas a corto, mediano y largo plazo que permite la transformación de los modos de actuación de los escolares para alcanzar en un tiempo concreto los objetivos comprometidos con la formación, desarrollo y perfeccionamiento de sus facultades morales e intelectuales. Para hacer realidad dichos objetivos se requiere de procedimientos metodológicos, pero previamente es fundamental desarrollar ejes relacionados con el contexto sociocultural y el nivel de información y conocimiento de los participantes en el programa escolar. A más cultura mayor nivel de creatividad. Conocer y comprender la realidad sociocultural es fundamental para contribuir en el progreso de la sociedad sobre la base de los valores históricos propios. Los agentes y sujetos de la educación tienen por objetivo la obligación de explicar el entorno socio-económico-cultural, utilizando estrategias creativas, tener información actualizada y un dominio de las técnicas para la apropiación de los saberes y conocimientos en general. El conocimiento nos hace capaces para transformar la realidad, resolver problemas y alcanzar satisfacciones personales y colectivas. Pero mucho más consistente será la formación de la personalidad humana con los elementos culturales propios como la lengua madre, la música, la danza, el canto, la gastronomía, el mito, la leyenda, el cuento, los recursos turísticos, entre otros, cuando todos estos elementos pasan a un proceso de recreación sin perder su esencia autóctona, cuando las diversas comunidades andinas amazónicas y las comunidades urbanas aprendan a convivir bajo respeto recíproco, pero con una capacidad sólida de indignación frente a cualquier tipo de agresión que mella la identidad cultural. Las estrategias creativas consisten en formular y utilizar procedimientos metodológicos originales, imaginativos, eficaces, dinámicos y productivos, precisamente para la apropiación de cuanta riqueza tenemos para el desarrollo humano sostenido. Lo primero que el estudiante del nivel secundario debe conocer y comprender es la realidad sociocultural local y regional, puesto que allí está la esencia, el espíritu de toda una historia popular, para educar la creatividad a partir de los elementos característicos de su la identidad cultural en medio de la diversidad cultural que es el Perú. Es una forma también de desplegar esfuerzos para impedir que los pueblos sigan perdiendo su identidad porque los conquistadores siguen cabalgando ya no en caballos sino a través de medios cibernéticos. La irracionalidad capitalista pretende imponer la homogenización de la cultura global bajo sus patrones, si no preparamos la resistencia simplemente nos espera el camino de la extinción anulando la capacidad de recrear y crear nuevas estrategias para enfrentar los retos de la sociedad actual. Está amenazada nuestra existencia como culturas singulares con un pasado milenario y que sigue aportando al mundo lo mejor de sus creaciones. Aquí está el reto histórico de las nuevas generaciones. Una ventaja importante para operar los procedimientos metodológicos es la predisposición, las condiciones subjetivas de los grupos humanos. Así lo demuestran las conclusiones de la encuesta a los alumnos de quinto de secundaria sobre promoviendo la creatividad, cuyos resultados se resume en lo siguiente: 1. La consideración de que las culturas quechua, aymara y amazónicas son las más creativas. Implica la valoración de estas culturas como sus raíces milenarias. 2. La preferencia de la riqueza arqueológica, diversidad geográfica, folclore, productos originarios y diversidad lingüística. Estas son muestras de inclinación a lo nuestro. 3. La preferencia de la biblioteca, el teatro y artes plásticas. Preferencias que implican una tendencia muy importante para educarse en habilidades creativas. Para el efecto el maestro tiene que capacitarse, tiene que ser constante en elevarse culturalmente, buscar la información más actualizada posible, ser lector ejemplar, tener una amplia cultura general y ser autodidacta. En la historia nacional es un paradigma el Amauta José Carlos Mariátegui, pero también lo son Manuel González Prada, César Abraham Vallejo, José Antonio Encinas, Jorge Basadre, María Rostworowski, entre muchos otros. Ellos demuestran perseverancia, audacia, pasión, por eso llegaron a ser creadores de nueva cultura, superando largamente la época en que les tocó vivir y se perennizarán en el futuro. De ellos el maestro tiene que aprender su metodología, sus técnicas recreándolas para responder a las demandas de la época en que le toca ejercer la docencia. Se trata de estar claros en el aspecto teórico sobre lo relacionado con la estrategia, la misma que involucra el método y técnicas. Una definición amplia y precisa de la estrategia, es el “sistema articulado de procedimientos, procesos y metodologías generales que se implementan en una organización o comunidad, con la finalidad de obtener resultados creativos a mediano y largo plazos. Puede articular, en su interior, de modo coherente, a diferentes métodos, operaciones, técnicas y ejercicios de creatividad” (Rodríguez del C.: 2005: s.f.). Aspiramos aproximarnos a un “modelo de escuela: comprensiva, creativa y diversificada”. Esta escuela inclusiva tiene que enfrentarse a una serie de barreras como las siguientes: 1. Las dificultades de aprendizaje que tienen su base en una carencia o falta de empleo adecuado de las habilidades de pensamiento creativo y reflexivo. 2. En salones de clase, predomina un clima poco participativo, activo y centrado en los alumnos. 3. Algunos maestros no tienen conciencia de la creatividad que poseen y de su puesta en práctica para el servicio de sus alumnos. 4. En ocasiones existe una actitud poco creativa en los maestros, que se caracteriza por mostrarle al alumno que no es exitoso y competente. El reto que demanda dicho modelo de escuela es: “Preparar profesionales competentes y con recursos para generar cambios innovadores y creativos en el ámbito educativo, así como lograr en éstos el rompimiento de barreras psicológicas que estaban alojados, en ocasiones, en sus cabezas y corazones”. Este objetivo, para ser llevado a la práctica, se acompaña de una serie de “focos de intenciones formativas” que deben plasmarse en las siguientes acciones: 1. Sensibilizar a los participantes sobre el valor educativo y social de la creatividad, así como su valor estratégico para adaptarse a los cambios que exige la integración educativa. 2. Capacitar a los participantes proporcionándoles conocimientos y desarrollando habilidades sobre la creatividad y su proyección en la educación, considerando al docente como profesional de la educación creativo e innovador. 3. Transferir la creatividad a contextos educativos del aula y del centro escolar. El grado de transferencia irá desde los meros aprendizajes de técnicas e instrumentos a la elaboración de proyectos innovadores para mejorar la práctica educativa de forma colaborativa e institucional. La aplicación de los conocimientos y las habilidades o estrategias asumidas en contextos diferentes de aquellos en los que se adquirieron, son la mejor garantía de la eficiencia de un aprendizaje. Los ejes en torno a los cuales se distribuyen los contenidos curriculares son: 1. La creatividad y su incidencia en los agentes educativos. 2. La creatividad y su concreción en los programas y estrategias de estimulación creativa. 3. Creatividad aplicada al currículo, con especial incidencia en los aspectos diferenciales y de las áreas de expresión. En el primer eje se abordan las cuestiones conceptuales y de fundamentación de la creatividad, al tiempo que se transfieren a los componentes educativos correspondientes. También se persigue como objetivo fundamental, la construcción de climas creativos, sin que se descuiden la asimilación de contenidos y su aplicación. En el segundo eje se da capacitación respecto a la utilización de técnicas, estrategias, métodos y programas de estimulación del pensamiento creativo y crítico. Sin dejar de lado la sensibilización y la transferencia de conocimientos ni la elaboración de propuestas concretas de intervención, se prioriza el desarrollo de competencias a fin de que los participantes adquieran conocimientos y habilidades en la utilización de técnicas, estrategias, métodos y programas. En el tercer eje se transfieren los conocimientos y las habilidades logradas al ámbito curricular, de modo que se elaboren programas de acción para sujetos con necesidades educativas especiales, así como a áreas curriculares como la expresión plástica, musical, motriz, escénica, de lenguaje y ciencias. Recomendaciones teórico-metodológicas para educar en la creatividad. Educar en la creatividad implica partir de la idea que ésta no se enseña de manera directa, sino que se propicia. Para esto es necesario tomar en cuenta las siguientes sugerencias metodológicas: 1. Práctica constante de la capacidad de pensar sobre los problemas y las alternativas de solución, perseverando con voluntad, convirtiendo las dificultades en oportunidades para avanzar, afirmando la confianza en sí mismo hacia la educación del pensamiento creativo. 2. Favorecer una enseñanza desarrolladora donde el alumno aprenda a realizar solo lo que hacía con apoyo, desarrollando una actitud favorable al cambio como un proceso dialógico y dialéctico donde el maestro no tiene la verdad y promoviendo la motivación intrínseca para el aprendizaje significativo y la motivación extrínseca para la actitud favorable al pensamiento creativo. 3. Contextualizar el conocimiento y las habilidades de pensamiento crítico y creativo, a partir de los conceptos cotidianos que trae el alumno acerca de su realidad concreta para relacionar con los conocimientos científicos, y sus necesidades fundamentales están relacionadas con enseñarle a pensar creativa y reflexivamente. 4. Tratar a los alumnos como personas y tener una buena comunicación cuando están creando o pensando. La mejor forma de hacerlo es buscando a través de la actividad lúdica, la unidad de lo cognoscitivo y lo afectivo para lograr ambientes creativos. Tener la valentía de decirle al alumno qué es lo que se sabe y qué no. 5. Es más valioso cubrir una pequeña proporción de conocimientos a fondo que una gran cantidad de manera superficial, que discuta el significado de los mismos y descubra los sentidos que pueden tener de acuerdo con su historia y su cultura. 6. Convertir las aulas en espacios para asombrarnos, experimentar e investigar. Asombrarse ante cada comentario reflexivo o creativo de sus alumnos. Disfrutar de lo inesperado. También es necesario favorecer en el alumno la búsqueda de fuentes alternativas de lectura a las oficialmente sugeridas. 7. El cuestionamiento es un indicador excelente del pensamiento creativo y crítico. Los maestros tienen como una de sus estrategias fundamentales la pregunta. invitan a pensar e imaginar. Esto permite la construcción de las habilidades de pensamiento creativo y crítico a trabajar en dos planos. Fuera de él (interpsíquico) y el otro, dentro de él (intrapsíquico). VII. CONCLUSIONES.- Educación de la creatividad en el aula desde la identidad cultural requiere de la implementación de los siguientes requisitos: a. suficiente nivel de conocimiento de los conceptos básicos y estrategias creativas para estar en condiciones de promover la creatividad de los educandos; b. amplio dominio del área, de la cultura general y la identidad cultural para propiciar el ambiente de reflexión, crítica y la identificación de problemas; c. sensibilidad, permeabilidad, práctica de relaciones horizontales con los educandos y motivar para la búsqueda de nuevas formas de responder las preguntas; d. cultivo constante de las habilidades y técnicas para el estudio y comprensión de la realidad económica, política y social; e. someter todo lo existente al proceso de crítica y reflexión, explicar de otra manera a lo que siempre se estila, buscar alternativas; f. consideración en primer término de los valores más elevados del ser humano, el desarrollo integral de la personalidad del educando; g. cultivar el pensamiento creativo a partir de aprendizajes significativos, contextualizados, pertinentes y útiles para la vida del educando.